Las subcontratas no son una fuente de riqueza empresarial,
ya que nacen desde la privatización y, por tanto, desde el punto de vista tan
extendido del ahorro en la gestión.
Es insostenible la teoría, basándonos en esta idea, de que
un empresario monte una empresa que nace desde el oportunismo de la
privatización con la premisa de hacerse rico de forma rápida o tener un nivel
de vida muy alto. Si lo que pretendes es cubrir un puesto de trabajo que nace
desde la premisa de que algo hay que gestionarlo de forma más humilde, no
puedes pensar en un índice de beneficios sustancial, sino en la sostenibilidad.
La lógica me lleva a pensar en el enfoque que se ha de dar para
tener una empresa dedicada al sector que sea, pero dentro de las pautas de
cubrir necesidades que otros han rechazado por ser inviables desde el punto de
vista de la gestión. Esto me obliga a pensar en lo evidente que es, después de
afirmar eso, que cubrir un puesto empresarial con esas características, es estúpido.
No entiendo, y lo repetiré el número de veces que hagan
falta, que estén privatizando todo lo que queda por privatizar, diciendo que no
renta, cuando:
- No tiene que rentar, porque es un sistema público.
- Si no renta y lo vendes:
- El comprador es tonto.
- Hay tongo.
- Mienten.
- El mismo que vende es el comprador y, por tanto, volvemos al punto B.
Podría seguir, pero lo que quiero dejar claro es que el
sistema se está viniendo abajo mientras nos engañan con el nacionalismo X o la
herencia Y. La sanidad nos la venden como insostenible mientras se la están
vendiendo a empresas privadas que gestionan ellos mismos. ¿Es que nadie ha
visto “Sicko” de Michael Moore?
¿Cómo es posible abaratar costes si en la gestión que se
pretende "mejorar" no hay índice de beneficios? ¿De dónde se va a
hacer el recorte para ahorrar? ¿Y si miramos con lupa el gasto y la gestión?
Tal vez caiga en la redundancia y se me vea como alguien
recalcitrante, pero necesito estar seguro de haber agotado todas las formas
posibles de transmitir mi idea.
TÚ me vas a vender a MÍ una empresa que no te da dinero
porque no sabes gestionarla. Es decir, que YO sé que la empresa se puede
gestionar bien y TÚ no eres capaz de hacerlo. En esta ecuación lo que sobra
eres TÚ, no la empresa. Si esa segunda persona del singular la cambiamos por el
gobierno de turno, lo que tenemos es una negligencia en la gestión, no un “negocio”
no rentable. Pero es que, además, si a final de año ese negocio no tiene que
tener un índice ganancial, gestionarlo tiene que resultar aún más sencillo, ¿no?
Toda esta idea va de la mano de mi anterior entrada sobre
las privatizaciones.
Al hablar del tema de las subcontratas, que en realidad va
muy ligado, ya que por asociación de ideas uno va unido al otro, podría
entender que hubiese trabajadores autónomos o por cuenta ajena que quieran un cambio
y que tengan la autodeterminación de crecer y superarse, creando algo que es
suyo, como pueda ser una empresa: una idea.
Puedo entender que quieran que haya cierta recompensa
económica, mejorando su salario. Pero de lo que estamos hablando es de gente
que quiere hacerse rica al instante "trabajando".
A estas alturas ¿alguien sigue creyendo que de verdad puede
uno hacerse rico trabajando? Esa teoría choca frontalmente con la idea de la
lotería. Si las probabilidades de ganar la lotería de, por ejemplo los
Euromillones, es de 1 entre 76.275.360 y si realmente trabajando pudiésemos
conseguir hacernos ricos, no sólo no existirían los juegos de azar, sino que
todos seríamos ricos haciendo unas cuantas horas extras.
Yo creo que esa frase es la zanahoria que se le pone al
burro delante, sin que pueda alcanzarla para que ande.
Otra
muy buena: El trabajo dignifica.
Entonces,
si hemos llegado a la conclusión de que ningún empresario se ha hecho rico
trabajando, se deduce que esos empresarios son, por tanto, indignos.
O
sea, que yo soy pobre, pero honrado y ellos son ricos, pero sinvergüenzas.
Por
otro lado, esa frase no afirma que otras cosas no dignifiquen, pero creo que lo
que dignifica a una persona no es el trabajo si el trabajo es indigno, por
ejemplo. O si el trabajo consiste en despojar de su dignidad a otro ciudadano.
O si se comete una negligencia al realizarlo. O si el individuo no se siente a
gusto en su puesto de trabajo. O si no se siente realizado. O si sufre moving. Supongo
que nadie me censurará si digo que, si me tocase algún día la lotería, me
gustaría invertir ese dinero en viajar constantemente, intentar leer mucho,
escuchar mucha música, construirme la casa de mis sueños y dedicar tiempo a
otras cosas más mundanas.
Pues debo ser indigno, oye. Pero os puedo asegurar que en mi lecho de muerte, no me arrepentiré de haber trabajado poco.
Pues debo ser indigno, oye. Pero os puedo asegurar que en mi lecho de muerte, no me arrepentiré de haber trabajado poco.
¿Y
si lo socializamos? Ni tan honrados como para estar haciendo el canelo, ni tan
obscenamente ricos. ¿Y si repartimos las cargas y los beneficios?
Y
el que se niegue, pues se estará descubriendo: o es rico, o es tonto, o no es
honrado o es empresario (de los obscenos)
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