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domingo, 29 de septiembre de 2013

Huelgas políticas

Los políticos españoles...
Esos mismos que viven, chupan, succionan y, en la demostrada mayoría de los casos, presuntamente roban, están embarcados en la cruzada de condenar las huelgas.
Lo han intentado todo: reprimir, condenar, castigar, multar...
Pero ahora han llegado un paso más allá: pretenden usar el propio lenguaje para postularnos en contra de nosotros mismos. Hasta tal punto ha llegado su estupidez y desesperación que intentan hacernos ver lo malo que es una huelga a favor de la educación, mentando al lenguaje que ellos mismos intentan dilapidar.

Ahora van y, los que viven a cuerpo de rey gracias a la política, con unos sueldos, primas, dietas y otros conceptos, gracias a nuestros impuestos, van y nos dicen que las huelgas no son óptimas porque, y agárrense a sus sillas... porque son políticas.

Veámos la definición de "política".

Diccionario de la lengua española © 2005 Espasa-Calpe:

político,ca

  1. adj. De la doctrina o actividad política o relativo a ellas:
    discurso político.
  2. [Persona] que interviene en la política de un Estado,comunidad,región,etc. También s.
  3. Hábil para tratar a la gente o dirigir un asunto:
    hay que ser muy político para no ofender a los afectados.
  4. Aplicado a un nombre de parentesco por consanguinidad,denota el correspondiente por afinidad:
    padre político (suegro); hermano político (cuñado); hijo político (yerno); hija política (nuera).
  5. f. Arte,doctrina u opinión referente al gobierno de los Estados,comunidades,regiones,etc.
  6. Actividad de las personas que gobiernan o aspiran a regir los asuntos públicos:
    se ha metido en política.
  7. Técnica y métodos con que se conduce un asunto:
    política de mano dura.
  8. Habilidad para tratar con la gente o dirigir un asunto.
  9. Orientación,directriz:
    política de empresa.

 Resulta que cualquier idea que se pretenda expresar, es política. Lo que sea. 

Es decir, que cualquier manifestación, sea del tipo que sea y cuente con el apoyo que cuente, es política. 
A quedado claro, ¿verdad?

Entonces, lo que no entiendo, es cómo demonios los políticos pueden ver algo tan malo en que los ciudadanos hagamos alarde de manifestar interés por convicciones políticas: convicciones. Democracia
¿Lo consideran intrusismo profesional? 

Tienen miedo. 

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Independencia Pt. 3

Ya empecé todo esto hace tiempo con dos (Pt. 1 y Pt. 2) entradas y ahí lo quise dejar, porque creo que mis ideas quedaron reflejadas con claridad. Me rondaban más pensamientos, como apéndices de un atlas, que se querían arrimar y matizar lo expuesto, pero no encontraba el sentido a continuar algo que ya había quedado debatido. Al menos desde mi punto de vista.

Ahora todos nos preguntamos qué va a pasar, y el debate está en la calle, con la cadena humana y el 11-S y porque en su momento CIU ganó unas elecciones a golpe de estelada y, a día de hoy, acercándose 2014, da la sensación de que la promesa electoral de la consulta se les atraganta.
Porque, si de algo hay certeza, es precisamente de la incertidumbre. Se dijo en su día algo que ahora nadie sabe en qué va a quedar. Tal vez más palabras, que solapen las anteriores. 
El recurso político de "Tú, di lo que quieren oír ahora, y ya iremos improvisando".

Al margen de que este tema es un arma arrojadiza para distraer de problemas reales (que no quiere decir que este no sea una inquietud real) como los que hacen que el electorado castigue y no como este en cuestión, que hace que se ganen elecciones.

He llegado a la conclusión de que el nacionalismo es una cuestión económica. 

No es solo dinero, porque es cierto que hay un sentimiento, pero el debate gira en torno a ciertos problemas que están bajo la jurisdicción de la economía:
  • Si Cataluña tuviese una gestión absoluta sobre los impuestos, el debate se acabaría. Dinero.
  • Como trabajadores, si el sueldo, en vez de ser de mil euros, fuese de tres mil, el debate se acabaría. Dinero.
  • Organizar eventos carísimos para apoyar el sentiento independentista en plena crisis, es un argumento que los no independentistas esgrimen con razón. Dinero.
  • Hace diez años, antes de que la crisis se alojara en nuestros corazones (y bolsillos), la fuerza independentista era muchísimo menor, ya que todos teníamos trabajo y no nos preocupaba (tanto) todo esto. Dinero.

Pero no es solo una cuestión de independencia en Cataluña. Es el nacionalismo: es la vacuna contra el hastío que produce tener problemas sociales, económicos y políticos. 
Es el Peñón de Gibraltar catalán. Ambos salen a relucir de forma cíclica cada determinado tiempo, y que suele coincidir con las crisis.
Creo que la política consiste en desviar la atención de los problemas reales.
No hemos sido capaces de parar la reforma de educación o sanidad y los mismos que hicieron esos recortes, dejaron muy claro que seguirían haciendo esos recortes si ganaban las elecciones. Y las ganaron.
Y ahora, esos mismos políticos, que ganaron las elecciones con la promesa de una consulta popular (que no han prometido la indepencia, como es lógico) y durante los últimos días dejan entrever que... bueno: que, hablando coloquialmente, tal vez no se atrevan a llevar hasta el final el tema de la consulta.
Yo no me pronuncio, aunque sí digo que, como demócrata convencido, creo que es el pueblo el que debe elegir su destino. Votar cada cuatro años a los políticos que van a elegir nuestro futuro, no me parece democracia.
Curiosamente, hoy mismo (día 10 de septiembre), me he enterado de que Oslo, la capital de mi amada Noruega, ha decidido presentarse como ciudad candidata para los Juegos de Invierno de 2022. Lo llamativo no es que lo hayan decidido, sino que no lo han decidido sus políticos basándose en la proyección económica o la inyección de visitas que pueda dar a la ciudad, sino que lo han dejado en manos del criterio de la ciudadanía. Han puesto urnas en los colegios electorales y han movilizado a sus ciudadanos para que se expresen. Han dejado la libertad y la responsabilidad en manos del pueblo.
Democracia.
Aquí tenemos políticos que... Bueno: ya sabéis.

¿Que hay algo más allá en este tema?, sin duda. En este tipo de debate siempre hay un motivo puro, y eso es lo que hay que respetar, desde dentro y, si se quiere abordar con sosiego, desde fuera. Pero el debate y el diálogo se tiene que gestar desde dentro. Por lo general se suele discutir con la parte contraria y que está fuera de Cataluña. El debate es -o, debería ser- interno. Hay que establecer un rumbo y perseguir el objetivo. La solución no pasa por establecer un punto de partida, con destino indeterminado y defenderlo a ultranza sin saber dónde te va a llevar. 

Porque... ¿Se puede hablar de la independencia sin fijar el cómo? ¿Es lícito llamar a las urnas a un pueblo para que decida su independencia sin darles toda la información? 
Quiero decir que, si me exponen que voy a pertenecer a otro país de la noche a la mañana, digo yo que habrá letra pequeña. 

-Salario mínimo.
-Constitución.
-Leyes.
-Gobierno y sistema político y electoral.
-Sistema educativo.
-Sistema sanitario.

En definitiva: las cosas que hacen un país.

Y mi pregunta es: ¿Iba a cambiar algo?

Una cosa es que no te sientas identificado con la política de tu país, con sus políticos, con sus afirmaciones o con el sistema en el que pululan y del que viven; otra cosa es que no te sientas identificado con la idiosincrasia de otras zonas o regiones de tu país; otra, que estés hastiado de la situación por la que se está pasando y que quieras tomar las riendas de la posible solución; otra es que tu posición se vea espoleada por opiniones ajenas y que te ofenden; otra que sientes que no perteneces al entorno que te rodea y quieras pertenecer a algo que quieres construir por tu cuenta; otra que quieras tener el control financiero de tu región y su gestión... Hay muchas razones para sentirte distinto.




martes, 10 de septiembre de 2013

Esteladas al balcón

Ésta es la mía presenta: Diversión con banderas.

Curso de vexilología.
Hoy es uno de esos días en el que existe una especie de llamamiento para sacar las banderas al balcón. Y no es porque ningún equipo (de fútbol, basicamente), haya ganado nada.
Y si no es por eso, queda solo otra razón: el orgullo pátrio. Y ahí se quedarán, en el balcón, hasta que llueva y empiecen a oler a moho. Hasta que un día, mientras te acercas a casa, veas desde lejos la bandera y recuerdes que ha llegado el momento de quitarla. Es parecido a los adornos de Navidad: tienen fecha de caducidad y, cuando ha pasado esa fecha límite, uno tiene una sensación muy ridícula.

Sacadlas todas. Por la libertad que, ahora más que nunca, hace tanta falta. Hay unas cuantas.

Brasil

Burkina Faso

Chile

China

Cuba

EE. UU.

Estelada (Bandera pro-independentista catalana)

Honduras

Madrid

Panamá

Puerto Rico

Turquía

Unión Europea

Venezuela

Esta entrada es un prólogo al texto que he preparado para el tema de la independencia de Cataluña con motivo del 11-S. No puedo decir que sea muy esperado, pero sí que es cierto que ha habido algunas voces muy tímidas que me han pedido una tercera entrega.
Qué mejor que un 11-S para hablar de la independencia en Cataluña.

lunes, 9 de septiembre de 2013

A relaxing cup of café con leche

Era de esperar que hiciese una entrada al respecto, porque no tiene desperdicio. 
Que podría haber sido un cortado, que no tiene traducción al inglés... Pero no: un café con leche. 

En cierto sentido, creo que todo esto sí nos representa, dado que nuestro nivel de inglés siempre ha rozado el ridículo. Lo que no es de recibo es que un futbolista aprenda idiomas y el político que nos representa y que tiene que hacer política en despachos, comités, salas, reuniones y pasillos, no tenga la decencia de aprender inglés. Que se lo pagamos nosotros. Que puede contratar un profesor que le enseñe durante media hora al día. Que su trabajo depende de ello.

Lo de Ann Botle es distinto, ya que se expresó en inglés relativamente fluído...
Todo lo fluído de un discurso preparado (ignoro por quién), con un inglés muy protocolario, más que coloquial y con una traducción llena de españolismos, puede dar de sí
Ha tenido años para preparárselo y ni siquiera ha podido practicar los gestos, completamente descuadrados; el ritmo, como si hablase con niños y el tono del lenguaje. Ese tono lleno de sobreactuación, como si representase un cuento de parvulario. 
Pagar asesores para esto.

Aunque, tal vez lo más destacable sea que, la alcaldesa de Madrid, quiera destacar, como una idiosincrasia de la ciudad, un relajante café con leche en la Plaza Mayor. No lo entiendo.
Dejando a un lado lo paradójico de que el café es un excitante, lo llamativo es que una alcaldesa madrileña no hable de un bocadillo de calamares en la Plaza Mayor. 

Lo peor de todo es que esto dará la vuelta al mundo y al final el chascarrillo hará que a Madrid se la llegue a identificar con algo que no representa en absoluto a la ciudad por culpa de alguien que no representa en absoluto a la ciudad. Restauradores de la Plaza Mayor, limpien bien las cafeteras, que algo va a cambiar. 

Dentro vídeo:


domingo, 8 de septiembre de 2013

Mi utopía

Quiero que Madrid sea ciudad olímpica.
He vertido mi postura en contra de Madrid2020 porque ha sido una candidatura a la desesperada, reiterada y cansina. Tanto, que los mismos madrileños tenían poca ilusión depositada en ella.

No quería un Madrid como sede de los JJ. OO., porque ahora no es el monento. No solo no es el instante idóneo para invertir en algo así, sino que creo que no lo ha sido nunca. No se ha invertido: se ha derrochado. El dinero no sobraba y se ha gastado donde no era necesario. Y el problema es que habrá que pagarlo.
No se ha planteado una ciudad con cultura deportiva, sino todo lo contrario. Practicar deporte en Madrid es caro.

No quería una candidatura sospechosa, como es ésta.
Sospechosa de esconder muchos intereses ocultos, sobretodo a nivel de corrupción y concursos amañados. Sospechosa de ser una empresa personal de un gobierno que es soberbio y arrogante.
Sospechoso de ser una cortina de humo y un intento por forzar sonrisas en la cara de ciudadanos tristes y decaídos.

Yo sí quiero unas olimpiadas en Madrid. Pero cuando todos los niños estén matriculados en una enseñanza de calidad y la gente atendida en hospitales públicos de la mejor sanidad del mundo y sin sus instituciones corruptas: sin sus políticos -sus gestores-, corruptos.

Quiero que la Madrid olímpica albergue unos Juegos Olímpicos en una ciudad con los mejores servicios públicos del mundo. Quiero que Madrid sea la ciudad que esté la primera en la lista de ciudades con la mejor Educación, Sanidad, Servicios Sociales, Universidades, Formación, Salario mínimo, Menor diferencia social, Seguridad ciudadana... 

Quiero esa ciudad olímpica.

La pregunta es:
¿Cuál es la utopía?


viernes, 6 de septiembre de 2013

Madrid olímpica

¿Quiero que Madrid sea sede olímpica? 

La pregunta es sencilla, pero no lo es la respuesta. No puedo postularme de forma rotunda.
Lo que, en principio, es algo positivo para una ciudad, creo que se ha convertido en una cuestión de orgullo. De soberbia. 
A nuestros responsables políticos les ha costado mucho esfuerzo justificar una interminable lista de gastos y partidas presupuestarias y necesitan tenerlo todo bien atado. Todos esos chanchullos y obras concedidas a sus amigos, primos, suegros, cuñados y colegas, tienen que tener una base.

Lo de las olimpiadas, el deporte y todo eso, es secundario. 

Lo que importa es decir que se crea una cifra exagerada de puestos de trabajo, que la ciudadanía está volcada y que traerá prosperidad.
Todo lo relacionado con el deporte, la competición, mejora de infraestructuras, potenciación de la actividad física, salud, cimentar el futuro del deporte, el prestigio... Eso son tonterías.
Lo que de verdad importa es decir que las instalaciones casi están construídas: no la finalidad de éstas una vez acabadas las olimpiadas. Que supongo que estarán a la libre disposición del ciudadano que quiera pagar por acceder a las susodichas instalaciones.

A día de hoy, ya no existen los deportes de élite. Practicar deporte en sí mismo la élite.

¿Madrid necesita unos Juegos Olímpicos?
Esa sí es una buena pregunta.

Creo que no. Necesitarlos, creo que no los necesita.
Desde luego, no para atraer turismo. Si es eso, bien podrían haber gastado la décima parte en potenciar o, mejor aún, cuidar el turismo que ya hay. Campañas, promociones, publicidad, actividades, seguridad... Madrid ya tiene turismo. España entera tiene turismo. 
¿Por qué no cuidar la calidad? 
Una ciudad limpia, organizada, futurista, innovadora. Con una buena oferta cultural y de ocio, por ejemplo. 
No creo que a los turistas les atraiga un estadio o una piscina cubierta. No me atrae ni a mí. 
Otra cosa es que, en plena bonanza económica, se quiera invertir en algo así. Pero, ¿ahora? 
Se lo han gastado todo en aeropuertos sin aviones y ciudades de la cultura vacías y quieren darnos... Fútbol. Porque, ¿qué coño? Nadie se interesa por el boley, baloncesto, waterpolo, esgrima o badmington.

Por eso creo que lo que se esconde es el interés político del saqueo, la especulación y el movimiento de sobres.

Y, si no es en 2020, que sea en 2024, 2028 o 2031... Cuando ya se haga efectiva la reforma en educación y enpiece a dar sus frutos.

Hoy es la resolución. 
Paso olímpicamente.